
Como profesor puede ser algo frustrante que los alumnos muestren desgana o no participen en las actividades de clase. Por eso es importante pensar en trucos o en pequeños detalles que aunque a primera vista puedan parecer inútiles pueden cambiar por completo la dinámica de la clase. Uno de ellos, y muy efectivo, es tan simple como decir: "a ver quién termina antes esta actividad ", o : "veamos cual es la pareja que da con la solución y por tanto es la ganadora". He comprobado cómo en las clases el mero hecho de decir esta frase mágica acelera muchísimo el ritmo de la actividad. Los alumnos se esfuerzan y concentran más y por lo tanto terminan antes. ¡Es perfecto!
Es curioso cómo a muchos seres humanos les mueven esas ansias competitivas de superar a los demás. Uno de los ejemplos más claros es el mundo de los deportes: el fútbol, los atletas, los nadadores...Todos ellos se levantan cada mañana con un objetivo: entrenar muchas horas para ser mejores que los demás y sentirse mejor con ellos mismos. Y gracias a este espíritu competitivo llegamos a conseguir geniales inventos y descubrimientos, así como a conseguir los asombrosos récords guinnes...y es que el ser humano es impredecible y maravilloso.